septiembre 14, 2006



Otra Historia Más


Tenía cabellera negra azabache. Negrísima como el fondo del mar. Cara pálida y uñas por mordidas de ansiedad.
Esatabe en espera de la noticia y el azul se hacía cada vez más fuerte a medida que las manecillas de su reloj barato giraban y giraban.
Ya era completamente azul, mientras su tristeza y pena crecían sin parar.

Fifita, la chihuahua ladraba anunciando la llegada de papá.
Silencio. Ya no hay uñas que morder.
Sus piernas temblabany a duras penas pudo orinar. Qué importar si solo necesitaba unas gotas para que el aparatito le dijera la verdad que ya sabían.
¿Positivo, Negativo? Da igual. Ya sabían que otra historia más estaba por empezar.
Solo queria recordar el nombre. Aquél maldito nombre de quien podría heredar, usurpar y quizá hasta amar.
Cincuenta, Dalhia no se podía acordar.
¿Positivo? Definitivamente.
Tenía que hablar con mamá, de seguro ella sí se va acordar.